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Motivados para Recibir (fotos)

Iglesia Cristiana Evangélica

EL QUE CAUSA DOLOR pero motivado a recibir

El objetivo principal es motivar a la práctica de una vida de oración, realzando lo bondadoso que es Dios y que siempre responde a las oraciones.

1 Crónicas 4:9-10 Jabes fue más ilustre que sus hermanos. Su madre le llamó Jabes, diciendo: “Porque lo di a luz con dolor”. Y Jabes invocó al Dios de Israel diciendo: “¡Oh, si realmente me dieras bendición y ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me libraras del mal, de modo que no tuviera dolor!”. Y Dios le concedió lo que pidió.

«La oración de Jabes». Aunque sabemos poco sobre la vida de este hombre, hay algunas verdades espirituales interesantes en esos dos versículos. Esta oración nos recuerda que Dios escucha las oraciones de sus hijos y le gusta darles regalos. Jabes era descendiente de Judá (hijo de Israel). La breve nota sobre su vida aparece dentro de la genealogía del patriarca de quien descendieron el rey David y el Señor Jesús. Jabes, que significa «triste» o «el que causa dolor», recibió este nombre porque su madre lo tuvo en medio de mucho sufrimiento. A pesar de su nombre, era un hombre honorable en su familia y temeroso del Señor.

 

 

 

Entendiendo el valor de la oración

La oración es el medio por el cual nos comunicamos con Dios. Si lo consideramos como nuestro Padre celestial y mejor amigo, no dudaremos en pedirle consejos, comunicarle nuestras aflicciones o darle gracias por sus buenas dádivas. Si lo tenemos como nuestro Señor y Maestro, siempre pediremos su dirección, perdón y gracia. Por eso la oración es tan importante para los hijos de Dios. Nos recuerda que el bondadoso Dios de amor está cerca de nosotros y nos ayuda.

La oración de Jabes clamó al Señor, Dios de Israel para pedirle:

  • La bendición de Dios– «si realmente me dieras bendición» – Jabes reconocía que Dios es la fuente de todas las bendiciones. Él sabía que solo a través del Señor podía alcanzar la gracia y la bondad para la vida. Él imploró con sinceridad que viniera una bendición real, duradera y permanente de parte del Padre.
  • Ampliación de las fronteras– «ensancharas mi territorio» – Él sabía también que del Señor vienen la provisión, la prosperidad y el crecimiento. Todas las cosas en la tierra y en el cielo, le pertenecen al Señor. Jabes pidió que Dios le diera victoria en sus proyectos bendiciendo sus esfuerzos y ayudándolo en sus limitaciones.
  • La presencia de la mano de Dios– «tu mano estuviera conmigo» – Esto significa desear la presencia activa de Dios contigo. Jabes creía en el Dios vivo y poderoso que actúa. Conocía las obras maravillosas del Señor soberano y creía que podía vivir en la compañía de este Dios amoroso.
  • La protección contra el mal– «me libraras del mal, de modo que no tuviera dolor» – El pedido final de Jabes fue por protección de los efectos del mal. Aunque nació en un contexto de dolor y tenía un nombre que se lo recordaba constantemente, Jabes le pidió a Dios que lo librara del mal. Sabía que cuando pasara por sufrimientos, tristezas y pruebas, contaría con la ayuda del Señor para protegerlo de cualquier daño.

Un regalo en la oración

A través del ejemplo de Jabes y de muchos otros casos en la Biblia, vemos la generosidad de Dios al responder las oraciones. A Dios le gusta dar regalos a sus hijos y contestar sus oraciones (Mateo 7:11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?). Por eso debemos orar siempre y expresarle nuestra gratitud por sus bondades y su generosidad. Los dones que se dan a través de la oración son una expresión del amor de Dios por nosotros. Podemos reflejar ese amor amando a otras personas, enriqueciendo sus vidas con los dones que hemos recibido. Podrás usar los dones y talentos, los regalos que Dios te ha dado, para bendecir a tu familia, conocidos y hasta a personas que no conoces. Así verás la multiplicación de los dones de Dios sobre todo lo que puedes aportar.

Conclusión de la predicación sobre la oración:

Da gracias a Dios por la bendición de poder hablar con él y obtener respuestas a través de la oración. Dios se complace en oírnos y en responder cuando le pedimos conforme a su voluntad (1 Juan 5:14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.):

  • Dale gracias por su bondad constante y su generoso amor que nos da mucho más de lo que pedimos o pensamos.
  • ¡Ora sin cesar! (1 Tesalonicenses 5:17)
  • Reconoce, como lo hizo Jabes, que solo Dios puede conceder todas las bendiciones que necesitas.
  • Pide la presencia del Señor a tu lado todos los días. Decide no ir solo por la vida…
  • Comparte con otros las bendiciones recibidas en oración. Por ejemplo, si Dios te concede un empleo y los recursos materiales, dona, ofrenda, ayuda a alguien con necesidad. Si Dios te ha dado una familia unida y bendecida, pueden orar en familia y bendecir a otros que no tienen esa bendición. Si Dios te ha dado salud, usa tus fuerzas y tu buena disposición para visitar y orar por los enfermos. Si Dios te da sabiduría, habilidades e inteligencia, usa esos dones para que otros sean beneficiados: enseña a niños carentes a jugar futbol o a tocar un instrumento, a hacer buen uso de los recursos informáticos, a bordar, pintar, a hablar inglés, matemática, a cocinar, etc.

Aprendamos en oración a llevar nuestros pedidos, nuestros sueños y aflicciones delante de Dios confiando siempre en su bondad.

 

CDD TU CASA SAN ANTONIO OESTE

 

 

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