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Levántate, es ahora !

Iglesia Cristiana Evangélica

Los niños cuando están aprendiendo a caminar, sufren muchos tropiezos, resbalones, y caídas. Esto sucede principalmente porque la acción de caminar es algo totalmente innovador para el bebé, y en dicha acción debe desarrollar habilidades que todavía no había tenido la necesidad de utilizar durante su corta vida.

Para los padres primerizos, puede ser bastante preocupante presenciar los constantes tropiezos de sus pequeños hijos, pero con el pasar del tiempo, los padres entienden que para que su hijo pueda caminar correctamente debe superarse el proceso de aprendizaje.

En menos de lo que se den cuenta, su hijo estará cayéndose menos, levantándose más rápido, y después la preocupación será la de cómo hacer para que se quede quieto un momento.

De forma similar, en nuestro andar como hijos de Dios pasamos por etapas desagradables, que nos ayudan a alcanzar la madurez espiritual que todo hijo de Dios anhela. Estas etapas desagradables, a las cuales podemos llamar caídas, resbalones, o tropiezos en nuestro andar cristiano, ocurren no solo en nuestra vida, sino en la de todos los demás creyentes.

A pesar de ello, tenemos un Dios que nos anima a levantarnos, y a no quedarnos en el suelo al caer. Esta reflexión cristiana lleva por título “Levántate, es ahora” y está basada en el Salmo 55:22. Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.

Desarrollo

La vida está llena de episodios buenos, y de unos no tan buenos. Así como un día podemos estar celebrando un ascenso en el trabajo, al otro día puede que seamos despedidos; y generalmente los episodios no tan buenos son los que roban nuestra atención, nuestras fuerzas, y es en ellos donde enfocamos la mayoría de nuestros pensamientos.

Cuando fracasamos en alguno de nuestros objetivos, puede ser que nos veamos entristecidos, y perdamos en cierto modo nuestra perspectiva. También puede suceder que cuando sufrimos un resbalón en cualquier área de nuestra vida, sea espiritual, laboral, o familiar, la vergüenza pueda más que nuestras fuerzas para levantarnos para seguir adelante.

Es en estos casos, cuando nuestro ánimo está por el piso, es que debemos acercarnos a la Palabra de Dios, porque en ella encontraremos instrucciones que nos ayudarán a levantarnos.

Reflexión En el salmo que sirve de base bíblica para esta reflexión cristiana, se nos da un consejo que nos ayudará a levantarnos rápidamente de cualquier caída o tropezón que suframos: echa sobre Jehová tu carga. Sería sabio preguntarnos ¿qué carga estamos llevando?

Muchas de nuestras caídas son consecuencias de las cargas que llevamos que no deberíamos llevar. La vida está supuesta a ser difícil (Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.), y con cargas extra, puede convertirse en algo imposible de sobrellevar.

Una carga puede ser nuestra familia inconversa, nuestras amistades, nuestros estudios, un trabajo, un sentimiento, un hobbie, o cualquier cosa que pueda hacernos fallar en nuestra relación con Dios.

Sin querer vamos acumulando sentimientos, pensamientos, y recuerdos, que pueden convertirse en una carga extremadamente difícil de soportar para un ser humano. Por tal razón, lo mejor que podemos hacer es dejar toda esa carga en las manos de Dios. Para nosotros puede ser algo imposible de llevar, pero para Dios es sencillo.

Años después de escrito este salmo, Jesús dijo que se acercaran a Él, todos los que estuviesen trabajados y cargados porque Él los haría descansar (Mateo 11:28). Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar

Es una promesa impresionante, especialmente para nosotros que vivimos en una sociedad tan preocupada como la nuestra. Jesús nos promete descanso, si nosotros entregamos nuestras cargas. No podemos descansar, y simultáneamente llevar esa carga.

El apóstol Pedro

El apóstol Pedro nos dice algo similar en 1 Pedro 5:7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros, donde nos anima a colocar nuestra ansiedad sobre Dios porque Él tiene cuidado de nosotros. Cuando entendemos que Dios nos está cuidando, podemos dejar nuestras cargas en sus manos, porque sencillamente nadie nos podrá ayudar como Dios lo hace. Si hemos caído, necesitamos dejar delante de Dios todo aquel peso que nos impide levantarnos. Por lo general, nuestro enemigo, al vernos en el piso nos acusará y tratará de que nos mantengamos ahí. Es nuestra tarea levantarnos, y entender que si confesamos nuestras fallas, Dios es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.) El salmo en el cual se basa esta reflexión cristiana, también nos enseña dos promesas.  La primera dice que, él nos sustentará; y la segunda dice que, él no dejará para siempre caído al justo.

La primera promesa nos enseña que Dios nos sustentará. Es una promesa increíble cuando pensamos que el Dios que sustenta todas las cosas con su palabra (Hebreos 1:3), también estará sustentando nuestra vida. Si Dios tiene el poder para mantener el universo en orden, ¿cómo no va a poder mantener nuestra vida?

Nuestro Dios sigue siendo el mismo

Se hace necesario que cada creyente entienda que nuestro Dios sigue siendo el mismo ayer, hoy, y por los siglos (Hebreos 13:8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos), y aunque nosotros seamos infieles, Él permanece fiel (2 Tim. 2:13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.). Aunque nosotros fallemos, su amor hacia nosotros es incondicional, y nos sostendrá en aquellos momentos en los cuales pensemos que no podremos más.

La segunda promesa nos enseña que él no dejará caído para siempre al justo. En otras palabras, siempre hay una oportunidad para hacerlo de nuevo, y hacerlo mejor.

Uno de los casos que mejor ejemplifica esto, es el caso del apóstol Pedro. Pedro le falló a Jesús, lo negó cuando dijo que no lo haría, e incluso dijo que hasta moriría por él. Sin embargo, Jesús le restauró cuando al resucitar de entre los muertos, le volvió a hacer el llamado de apacentar a sus ovejas.

Después de esto, el apóstol Pedro que se caracterizaba por sus constantes fallas, se levantó para dirigir la iglesia apostólica, predicando a multitudes, y haciendo señales extraordinarias.

Es indispensable que cada hijo de Dios entienda que su posición como hijo de Dios no cambiará, y que a pesar de que nuestra situación actual no sea la más correcta delante de Dios, siempre hay oportunidad para levantarnos, y alinear nuestra vida a la voluntad de Dios.

Conclusión

Necesitamos dejar nuestras cargas en las manos de Dios. Sin importar que tan pesada sea esa carga, Dios la puede llevar. No solo eso, él puede y quiere guiar nuestra vida de la mejor manera. En caso de que nos equivoquemos, entendamos que Dios no nos dejará estar en el piso por mucho tiempo. Sino que nos proveerá lo que necesitamos para levantarnos. Quizás lo que tu esperas, sea una reflexión cristiana como esta. ¡No esperes más! ¡Levántate! es ahora.

Te comparto algunos versículos bíblicos para que los atesores en tu corazón:

ISAÍAS 41:10 No temáis, porque yo estoy con vosotros; No te desanimes, porque yo soy tu Dios. Yo te fortaleceré y te ayudaré; Yo te sostendré con mi derecha

SALMOS 55:22 Echad vuestros cuidados al SEÑOR, y él os sostendrá; Nunca dejará que el justo sea sacudido.

ISAÍAS 40:31 Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas. Se elevarán sobre alas como águilas; Correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.

JUAN 16:33 Te he dicho estas cosas, para que en mí tengas paz. En este mundo tendrás problemas. ¡Pero confía! Yo he vencido al mundo.

 

Iglesia CDD TU CASA – Pr. Horacio León

 

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