VALE ORO “Virtud alcanzable” La Puntualidad
Proverbios 21:5 (LBLA) dice, “Los proyectos del diligente ciertamente son ventaja, mas todo el que se apresura, ciertamente llega a la pobreza”. La gente diligente es generalmente puntual porque la gerencia sabia del tiempo se requiere para alcanzar sus metas.
Hasta quienes no suelen ser puntuales reconocen que la puntualidad es una virtud. La Biblia da consejos prácticos relacionados con este tema
La puntualidad es un valor que se construye por el esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado. El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar, ETC…
¿Por qué es importante ser puntual? Algunos han comprobado que llegar un poco antes a las citas reduce el estrés. Además, la persona puntual se gana una buena reputación. ¿Por qué?
Demuestra que es competente. Cuando alguien es puntual, da a entender que se esfuerza por controlar su vida y por cumplir con lo que ha planeado aunque le surjan contratiempos.
Demuestra que es una persona de palabra. Hoy en día, la gente rompe sus promesas y no es fiel a sus compromisos, por eso se valora mucho a quienes cumplen lo que dicen. Una persona cumplidora se gana el respeto de su familia y amigos. Las empresas valoran a los trabajadores que son puntuales y cumplen con fechas de entrega. Puede que incluso los recompensen con mejor salario y hasta un ascenso.
LO QUE DICE LA BIBLIA. La Biblia contiene pasajes relacionados con la puntualidad. Uno de ellos es 1 Corintios 14:40, donde leemos: “Que todas las cosas se efectúen decentemente y por arreglo”, es decir, de forma correcta y ordenada. Cuando alguien queda para encontrarse con otra persona a una hora y en un lugar determinados, lo correcto es que ambos sean puntuales. La Biblia también afirma: “Para todo hay un tiempo señalado, aun un tiempo para todo asunto bajo los cielos” (Eclesiastés 3:1). En el contexto se menciona que hay un “tiempo de plantar” y un “tiempo de desarraigar” (Eclesiastés 3:2). El agricultor siembra en el momento justo para obtener la mejor cosecha posible. Podemos decir que su puntualidad da buen fruto.
En la Biblia encontramos una razón aún más noble para ser puntuales: es una muestra de respeto hacia los demás y hacia su valioso tiempo (Filipenses 2:3, 4). Por el contrario, quienes constantemente hacen esperar a otros están robándoles su tiempo. “No vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás” (Filipenses 2:4).
¿Cómo ser puntual? LO QUE DICE LA BIBLIA. La Palabra de Dios recomienda que hagamos planes con tiempo (Proverbios 21:5). Si usted suele llegar tarde, quizás sea porque quiere hacer demasiadas cosas. ¿Podría eliminar algunas actividades innecesarias? Deje más margen de tiempo entre cada cita y trate de llegar temprano por si se le presentan imprevistos a causa del mal tiempo o del tráfico.
La Biblia también recomienda que seamos modestos (Proverbios 11:2). Eso significa reconocer nuestras limitaciones. Antes de aceptar un compromiso, sea realista y vea si podrá cumplir con él. Si se sobrecarga con muchas actividades, solo logrará estresarse usted y estresar a los demás.
Las Escrituras también nos aconsejan que aprovechemos bien el tiempo (Efesios 5:15, 16). Para lograrlo, hay que dar prioridad a lo más importante (Filipenses 1:10). “Los planes del diligente propenden de seguro a ventaja” (Proverbios 21:5)
Lamentablemente parece que muchos de nosotros restamos a Dios el honor y el respeto que con facilidad le damos a los hombres.
¿Ocupa Dios el primer lugar en tu vida? Dios pide de nosotros una entrega total. Dios pide a nosotros que seamos verdaderos adoradores (Jn. 4:23) y el primer mandamiento es amarle con todo nuestro corazón, con todo nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas (Mar. 12:30). Si para alabarle y darle culto llegamos tarde, ¿qué excusa le vamos a poner?
¿De qué vale que el mundo tenga de nosotros una imagen intachable y ante Dios nos comportemos como unos irresponsables? Por supuesto la opinión de Dios vale más que la opinión de nuestros semejantes. Cristo dijo que no todo el que le dijera «‘ ¡ Señor, Señor! » entrará en el reino de los cielos, sino el que hiciera la voluntad de su Padre (Mateo 7:21).
¿De qué vale decir que amamos a Dios si ni siquiera nos preocupamos en llegar a tiempo al servicio? Si los judíos robaban a Dios por rehusar entregar las ofrendas y diezmos (Mal. 3:8), uno también puede robarle culto por llegar diez minutos tarde (y no poner atención durante el culto también constituye un robo!).
Si nos proponemos ser puntuales para las cosas de Dios lo podemos lograr. Requiere un esfuerzo decidido, premeditado y planificado. Y ¿qué tiene de malo llegar quince minutos temprano? Así nos da tiempo saludar a nuestros hermanos, preparar nuestras mentes para el culto, orar, leer algún texto bíblico y meditar. De esta manera podemos disfrutar del culto al máximo y aprovechar bien el tiempo que allí pasamos (Ef. 5:15 16). Salir tarde para la iglesia es peligroso, ya que uno tiende a conducir el vehículo con mucha prisa y llega a la iglesia agitado. Y un alma agitada no puede disfrutar lo más rico en esta vida: tener comunión con Dios.
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