LA PIERDES O LA GANAS (solo 1 opción en la batalla)
1 Crónicas 5:22 La Batalla es del Señor, Luchemos Confiados.
Y cayeron muchos muertos, porque la guerra era de Dios (1 Crónicas 5:22)
Soldado que luchas bajo la bandera del Señor Jesús, observa este versículo con santo gozo, pues como fue en la antigüedad así es en nuestros días: si la guerra es de Dios la victoria es segura. Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, no pudieron alistar ni siquiera cuarenta y cinco mil soldados, y sin embargo en la batalla con los agarenos les tomaron porque clamaron a Dios en la cien mil personas, porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable porque esperaron en Él. El Señor no libra ni con muchos ni con pocos hombres.
Si solo somos un puñado de soldados, debemos salir en el nombre de Jehová, pues el Señor de los Ejércitos es nuestro Capitán. Estos traían escudo, espada y arco, pero no pu-sieron su confianza en esas armas. Hemos de usar todos los medios apropiados, pero nuestra confianza debe des-cansar únicamente en el Señor, pues Él es la espada y el escudo de su pueblo.
La verdadera razón de su extraordinario éxito residía en el hecho de que «la guerra era de Dios ». Amado, cuando combatas el pecado interno o externo, o el error de doctrina o de conducta, la impiedad en lo alto o en lo bajo, los demonios y sus aliados, estás haciendo la guerra del Señor, y, salvo que Él sea vencido, no necesitas temer la derrota.
No te acobardes ante un número superior de enemigos, no retrocedas ante las dificultades, no titubees ante las heridas o la muerte, hiere con la espada de dos filos del Espíritu de Dios, y los muertos yacerán a montones. La batalla es del Señor y Él entregará a sus enemigos en nuestras manos. Con paso resuelto, mano fuerte, corazón intrépido y ardiente celo, lancémonos al combate y las huestes del mal volarán como el tamo ante el ventarrón.
Ellos se consagraron a Dios. Ellos aportaron sus talentos. Notamos que eran “… hombres valientes…”. También dice que eran diestros en la guerra. A la valentía y a la destreza se les considera talentos. Ellos aportaron sus bienes. Notamos también que eran hombres que “… traían escudo y espada, que entesaban arco…”. Quizá no era un armamento de primera línea, no poseían material bélico sofisticado, pero lo que tenían lo pusieron para la causa. Ellos aportaron su tiempo y su disposición. Notamos que, aunque no eran muchos, eran solo cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta, todos estuvieron disponibles. Había una entera disponibilidad en cada uno de ellos. Con un ejército así, ¿Cómo no resultar más que vencedores? Sí. Ellos practicaron la mayordomía integral, por eso vencieron. (2) Ellos oraron a su Dios. Sigue diciendo nuestro pasaje: “Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban se rindieron en sus manos; porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él” (1 Crónicas 5:20). Ellos hicieron algo sumamente importante: “… clamaron a Dios en la guerra…”. El texto añade: “… y les fue favorable, porque esperaron en ÉL”.Amados, ¿Cuál será la decisión de cada uno el día de hoy? ¿Invertirá toda su vida por la causa de Cristo y del evangelio? ¿Dará mayor espacio a la oración? ¿Luchará la guerra de Dios? ¿Dejará de rebelarse contra Dios? ¿Evitará llevar ídolos en su corazón? ¿Procurará contar con la bendición y presencia del Señor todos los días de su vida? ¿Cuál será su decisión? ¿Ganar o perder? Dios encamine su corazón para que usted decida siempre ser más que vencedor.
CDD TU CASA SAN ANTONIO OESTE